Estudiantes de todo el mundo han salido a las calles para marchar por la justicia climática. Miles de jóvenes, desde Berlín hasta Melbourne, han dejado las aulas para exigir a los líderes mundiales medidas reales para abordar la crisis climática.

La huelga global del viernes pasado fue liderada por la activista climática sueca Greta Thunberg, quien inició una huelga escolar en solitario fuera del parlamento de su país hace más de un año. Desde entonces, ha inspirado a millones de jóvenes en todo el mundo a unirse a la lucha por el futuro del planeta.

La marcha en Berlín fue especialmente destacada, con unos 80.000 jóvenes inundando las calles de la capital alemana. También se organizaron manifestaciones en más de 70 ciudades de todo el Reino Unido, incluyendo Londres, Manchester y Glasgow, donde los estudiantes exigían que se declare una emergencia climática y se tomen medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En América Latina, también se han llevado a cabo manifestaciones multitudinarias. En Buenos Aires, la capital argentina, miles de estudiantes exigieron al gobierno que declare una emergencia climática y tomen medidas para proteger la biodiversidad del país. En México, los jóvenes marcharon por la ciudad de México y otras ciudades importantes, como Guadalajara, para exigir que el gobierno tome medidas contra la deforestación y la contaminación.

Es destacable que los jóvenes no solo han exigido que se tomen medidas concretas para reducir las emisiones, sino también que se tomen en cuenta las voces de las poblaciones más vulnerables, como los pueblos indígenas y las comunidades costeras que ya están siendo afectadas por el cambio climático.

Los líderes mundiales deben escuchar las demandas de los jóvenes y tomar medidas ambiciosas y urgentes para abordar la crisis climática. La naturaleza misma de la huelga escolar, con los jóvenes pidiendo a los adultos que asuman la responsabilidad y hagan algo, demuestra que la situación actual es insostenible.

En resumen, la jornada de huelga escolar del pasado viernes fue una poderosa demostración de la solidaridad y la determinación de los jóvenes para luchar contra la crisis climática. Si los líderes mundiales no realizan cambios significativos, los jóvenes continuarán manifestándose y exigiendo acciones concretas para proteger el futuro de nuestro planeta.

Valeria Catillo
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